Al igual que el mundo ha cambiado para hacer frente a la "nueva normalidad" de la pandemia, las personas y las empresas también deben replantearse el futuro de su postura de ciberseguridad. Se está librando una ciberguerra en la que los ciberataques evolucionan constantemente. Por lo tanto, garantizar que todos los sistemas estén protegidos hoy en día, con la aceleración de la digitalización, requiere procesos, tecnologías y personal altamente cualificados.

Sin fronteras

Hoy en día la gente intercambia datos en todas partes. La nube y la movilidad son pilares que han llegado para quedarse, no hay vuelta atrás. Pero la seguridad no siempre puede seguir el ritmo del comportamiento de las personas, dentro y fuera de las empresas. Si las personas no tienen fronteras, la protección tampoco. Una solución de seguridad tiene que llegar a la información y supervisarla, esté donde esté.

Es habitual en el mercado ofrecer correlación de eventos y análisis de redes y dispositivos. Pero es necesario llevar este concepto a nuevas interfaces, como la móvil y la nube. Esto permite a la empresa ver y gestionar todos los datos, estén dentro o fuera del entorno de control del área de TI.

Inteligencia

El valor de la inteligencia sobre amenazas consiste en comprender quién tiene como objetivo la empresa y estudiar las posibilidades de ataque antes de que se produzcan. Pero la mayor parte de la inteligencia sobre amenazas que se consume en el mercado de la ciberseguridad procede de proveedores centrados normalmente en el mercado estadounidense. Por eso es importante invertir en una solución que conozca el mercado nacional y disponga de inteligencia propia, basada en los ataques que se han producido a nivel nacional. Esto proporciona más contexto a la hora de diseñar una estrategia de protección.

Una buena solución de ciberseguridad correlaciona los datos de amenazas globales con los datos específicos del sector y la posición geográfica a la que pertenece la empresa supervisada. Así, en lugar de generar informes con miles de vulnerabilidades, sin ninguna prioridad ni contexto, lo ideal es informar sólo de lo que realmente importa. En otras palabras, el 3% de las vulnerabilidades que efectivamente representan un riesgo para la empresa.

Conformidad

Una solución de seguridad, que hace correlación de datos, debería permitir al cliente elegir, por ejemplo, qué datos se enviarían a la nube, o qué datos se almacenarían en el propio entorno del cliente, respetando las políticas de privacidad de cada empresa.

Además, está la contribución con la LGPD, ya que estamos hablando de datos de personas. Una solución de seguridad realmente inteligente reduce el riesgo de exponer a la empresa a posibles problemas asociados a la reputación, que, como sabemos, pueden generar multas y sanciones.

Atemporal

Lo ideal es que la solución que protege los datos de la empresa sea escalable y viva, siguiendo el ritmo del crecimiento orgánico de la empresa y de las transformaciones del mundo empresarial hiperconectado. Esto requiere una tecnología de vanguardia que siga siendo relevante precisamente porque incorpora los estándares y tecnologías de ciberseguridad más innovadores del mundo. Así, la solución es capaz de proteger de forma atemporal, sin fechas de caducidad, considerando el contexto y la realidad de cada negocio.

Transparencia

La solución de seguridad implantada debe permitir a la empresa disponer de datos claros sobre el beneficio que está generando. Un marco que integre la ciberseguridad y el riesgo, que permita elaborar informes con información que fundamente mejor las decisiones de gestión sobre qué riesgos afectan más a la empresa y, por tanto, deben mitigarse.

Esto facilita no sólo medir el coste de no proteger, sino también mostrar de forma más transparente en qué medida las inversiones en un SOC inteligente están generando un rendimiento efectivo para la empresa.

El mercado de la ciberseguridad está invirtiendo en investigación y desarrollo para mantener actualizadas las soluciones y superar las expectativas de la gente. Ese es el camino hacia el futuro.

Hable con un experto para saber qué es lo mejor para el contexto de su empresa.

Por Anderson Gontijo