Invertir en ciberseguridad es el futuro de la fidelización de los clientes. Hubo un tiempo en que un consumidor sustituía un teléfono móvil por otro, de una marca diferente, simplemente porque el precio era más ventajoso. Pronto se añadieron otros criterios a la lista de razones para adquirir un producto. La ciberseguridad y la privacidad se han convertido en dos de los más importantes.

Una encuesta mundial de 2018 mostró que los consumidores abandonarían empresas, productos o servicios por cuestiones de confianza, como los casos de violación de datos. Lo que significa que la seguridad de los datos ya no es solo algo rutinario en la fase de desarrollo del producto, sino también un punto crucial para las ventas y la retención de clientes. Además, según el estudio, si se produjera un problema de filtración de datos, el 78 % de los consumidores no se relacionaría con una marca en línea, mientras que el 50 % no utilizaría un servicio o aplicación.

Los clientes son cada vez más conscientes de su privacidad.

El impacto de esto se siente en el mercado. El ataque de 2018 a Facebook, por ejemplo, en el que piratas informáticos comprometieron las cuentas de 50 millones de personas, le costó a la empresa una caída del 3% en el valor de sus acciones ese año.

Esto significa que la inversión en ciberseguridad es proporcional al aumento de la base de clientes y su fidelidad.

Pero, ¿están prestando atención las empresas al futuro de la fidelización de clientes?

Tras la pandemia, en la que muchas empresas se vieron obligadas a migrar a lo digital, se ha producido un gran movimiento hacia la adopción de la ciberseguridad. Pero sigue faltando información sobre cómo diseñar una estrategia de protección madura. Muchas empresas invierten menos del mínimo necesario y, como resultado, siguen siendo vulnerables.

Para reducir la ciberdelincuencia, invierta en estos 3 pilares

Elemento humano: pocos se dan cuenta de que los programas adecuados de formación y concienciación son cruciales. Cualquier herramienta de protección depende de la cultura de seguridad para funcionar.

Nube: es el primer paso para perfeccionar un sistema operativo de ciberseguridad. Cuando se trata de la nube, las oportunidades de beneficios empresariales son muy potentes, agilidad de la OCM, reducción de costes, tiempo de creación de valor y transformación digital, por nombrar solo algunos.

MDR: una solución para organizaciones que querían elevar la ciberseguridad a un nivel estratégico y reducir así la ventana de exposición al riesgo. Se trata de un servicio de detección y respuesta a amenazas, habitual en el modelo SOC (Centro de Operaciones de Seguridad). Pero mientras que un SOC tradicional sólo genera alertas, MDR realiza una búsqueda de amenazas, lo que implica una búsqueda y un análisis de riesgos más profundos. Este enfoque permite soluciones más completas y tácticas.

La ciberseguridad no es sólo una inversión imprescindible, sino una garantía de que la empresa seguirá viva.

Por Allan Costa