Hoy en día, la seguridad de los datos implica visibilidad. ¿Por qué?

La fuga de datos representa un importante reto para la seguridad hoy en día. ¿Por qué?

En una realidad en la que existe una auténtica explosión de información corporativa, es necesario que las empresas comprendan en profundidad el riesgo que corren y la seguridad de los datos que ello exige.

Hoy en día, los datos son tesoros digitales deseados por espías y piratas informáticos. Existe todo un mercado gigantesco y clandestino que se lucra y crece con esta preciada materia prima. Tanto es así que resulta difícil imaginar una pieza de información que esté en línea sin que haya alguien interesado en robarla. Datos bancarios, fotos, nombres y contactos de proveedores, detalles confidenciales de proyectos, datos personales de ejecutivos, se comercian cada día en las capas más oscuras de Internet.

Mientras tanto, muchas organizaciones aún no saben exactamente qué datos poseen, controlan y procesan. Y puede que no se den cuenta de que podrían estar poniendo en juego su reputación, con la próxima crisis llamando a la puerta.

Gran parte del mundo empresarial sigue atascado en la pregunta: "¿Cuánto cuesta protegerse?". Sin embargo, la pregunta que importa en esta pandemia de ciberataques, de la que se informa exhaustivamente a diario, se ha convertido en: "¿Cuánto cuesta seguir desprotegido?"

Así, gran parte de la información que debería ser confidencial acaba escapando al control de las instituciones. Acaba en manos de quienes la utilizan con fines lucrativos en foros de la Deep y Dark Web. Esto representa un importante reto para la seguridad.

Las organizaciones modernas sólo pueden esperar que crezca la acumulación de datos

Y muchos de esos datos serán sensibles. Lo que significa que cada vez habrá más gente malintencionada buscando puertas que den acceso a ellos.

Por eso vemos que el riesgo de filtraciones crece año tras año. Cuando la información confidencial de los clientes queda expuesta -como nombres, direcciones y números de tarjetas de crédito-, las organizaciones implicadas se dan cuenta de que los efectos se extienden más de lo que podrían prever. Hay casos en los que el daño a la reputación es irreversible, y las repercusiones financieras, desastrosas.

La pérdida media total a nivel mundial por una fuga de datos en 2020 se situó en 3,86 millones de dólares. Desde la detección hasta la contención, el tiempo significa dinero, mucho dinero. Para que te hagas una idea, las empresas que consiguieron contener una fuga en menos de 200 días ahorraron hasta un millón de dólares en comparación con las que tardaron más. Pero son minoría. Porque según las encuestas, el tiempo medio para identificar y contener fue de 280 días.

Las empresas más grandes pueden incluso ser capaces de absorber este impacto con reservas de efectivo y acceso a otros recursos, pero para las menos preparadas, una violación de datos sin soluciones de detección y mitigación podría provocarles fácilmente el cierre de sus puertas.

La visibilidad es clave para la seguridad de los datos.

Se acerca el momento en que la clave para resolver los retos de la seguridad de los datos serán las tecnologías que vigilen las profundidades de Internet, desde la Surface hasta la Deep Web y la Dark Web, proporcionando una visibilidad de 360º. Esto significa protección de marca, detección de fugas de información y seguridad ejecutiva. La tendencia es que las empresas modernas y digitales buscan soluciones que puedan identificar si se menciona algún activo digital de la marca protegida, y alertar y actuar rápidamente contra el riesgo. Esto les permitirá desmantelar las acciones de los ciberdelincuentes planeadas en la web oscura antes de que se produzcan.

Por Leonardo Camata